El cerdo cazador

Jokin Prieto

EL CERDO CAZADOR

     Era una tarde maravillosa de primavera, cuando tres lobitos salieron al bosque, cerca de su casa. Cada día salían a jugar a su juego favorito: el escondite. Antes de empezar jugaban a otro juego para saber quien se la quedaba, aunque si alguien quería, se la quedaba. Ese día, nadie quería quedársela, así que le tocó al mayor, y empezó a contar. Los dos más traviesos tuvieron suerte y salieron como unas balas. Ellos sabían escalar, y por eso subieron al árbol más gordo y más alto, y empezaron a jugar por el árbol.
- ¿Què es eso de ahì? (tono impaciente)
- Es un balón, jugaremos con el. (tono alegre)
- ¿Pero si es de alguien? (tono asustado)
- No se lo que pasará. (tono asustado)
- Da igual, jugaremos con él, pero si viene alguien nos iremos corriendo.
Encontraron un balón lleno de cerdos pintados y empezaron a jugar con él. De repente le dieron un balonazo a una cosa que era como una casa, ellos no sabían lo que era, entonces miraron entre las hojas y sí, era una casa muy lujosa, pero en la casa había una cosa que los aterrorizaba muchísimo:
- ¡Mira cuantos rifles hay! (tono asustado)

     Entonces vieron algo grande y rosa salir de la lujosa casa, era un cerdo. También se veía un rifle en sus enormes manos. Los lobitos salieron lo más rápido que pudieron, pero tuvieron suerte de que el cerdo no tuvo tiempo ni de apuntarles porque eran muy rápidos. El otro lobito justo terminó de contar cuando pasaron delante de él los otros dos lobitos como una bala. El que terminó de contar les siguió a sus dos hermanos. Llegaron a casa y estuvieron mirando detrás de la ventana a ver lo que ocurría fuera, y enseguida se escondieron detrás del sofá. Al de media hora pasó ese cerdo grande con su rifle, parecía que estaba muy enfadado porque no les veía. El cerdo estuvo mirando por todos los rincones de aquella zona del bosque. De repente encontró la casa de los tres lobitos pero no sabía que era la de ellos. El cerdo fue a tocar la puerta de la casa donde estaban los tres lobitos con su madre. Su madre fue seguido a abrir. El cerdo preguntó a la loba varias veces si conocía a dos lobitos pequeños pero ella no contestaba porque no entendía lo que estaba pasando.

    Los tres lobitos salieron por la ventana trasera en cuanto vieron al cerdo. Este oyó unos ruidos detrás de la casa y fué corriendo para allá. Allí estaban, muertos de miedo, el cerdo empezó a disparar y le dió al más pequeño en la pata. En cuanto pudo, el mayor fue a avisar a su madre, y que en seguida salió con su escopeta. Solo hizo falta un disparo para matar al cerdo, le dio en la mitad de la cabeza.

    Por la noche cocinaron el cerdo y se lo comieron. Estuvo muy rico.

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