El cuento de la unidad

Aqui teneis el cuento que e relatado en esta unidad.

       LA  CASA DE LOS VIDEOJUEGOS
Era un verano caluroso en Nueva York. Mis dos hermanos, Hansel y Grettel, vivían conmigo, con nuestro padre y con nuestra madrastra en uno de los rascacielos mas grandes de la ciudad. Mi madrastra no nos  soportaba, pero  nuestro padre nos quería mucho, como todos los padres aman a sus hijos.
La vieja madrastra nos maltrataba, amenazandonos, y  pegandonos muy fuerte cuando mi padre no estaba en casa.  Un día, cuando nuestro padre volvió al trabajo  le contamos lo que  estaba pasando, pero él pensando que echábamos de menos a nuestra madre, no nos creyó. Le advertimos que si continuaba esta situación nos iríamos de casa.  Nuestro padre se quedó pensativo durante cinco minutos, pero al final nos dijo que ya hablaríamos la semana siguiente, cuando volviese de California.
A la mañana siguiente la vieja bruja le pego a Grettel con la escoba en la cabeza, y en el momento que se metío en la ducha nos escapamos de casa al centro de Nueva York, con un poquito de dinero para cada uno.
Al empezar la aventura, como teníamos miedo de perdernos, cogimos chuches para saber como volver a casa. Dejamos en cada rincón una gominola roja, pero no nos dimos cuenta de que nos seguía un niño vagabundo. Este se comía nuestras gominolas a cada paso que dábamos, por lo que al  cabo de media hora vimos al pequeño con la boca llena tumbado en el suelo.
-Ya no podremos volver a casa, estamos perdidos-gritó Hansel.
-Tranquilo, lo más importante es que nos hemos librado de la bruja- le conteste.
Nos preguntamos porque las casa de Nueva York eran tan altas,  visitamos la estatua de la libertad, después vimos el Central Park, y finalmente nos encontramos enfrente de una gran sala de juegos.
Entramos a la sala  y nos encontramos  con  una de  las  mejores   salas de videojuegos de Nueva York  llamada Legacy  Video  Plus.
Ya dentro,  empezamos a liarla parda. Empezamos desactivando las cámaras de seguridad,  ya que como no teníamos dinero hicimos trampa para jugar en las máquinas. Cuando nos pillaron,   nos metieron en una habitación durante cinco horas. Teníamos miedo, ya que no sabíamos lo que nos iba a pasar.
Cuando se abrió la puerta entró un policía con nuestro padre al lado. Pensamos que nos iba a echar bronca, y sin embargo nos abrazó y nos pidió perdón por no habernos creído, prometiendonos que nunca más nos dejaría solos y que abandonaría a la vieja bruja.

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